El 19 de junio y de eso hace hoy tres viernes, vivíamos este momento. Muy especial por todo lo que le rodeaba. Siempre quedará en nuestro recuerdo ese Palacio Real, esos momentos y ese reconocimiento a mis padres. La vida sigue y de eso hace ya, como bien decía, tres viernes.
El pasado domingo, Eternal Running, carrera agotadora y divertida, una auténtica pista de aplicación, el lunes agujetas en los tríceps, pero desde luego y a pesar de las esperas en cada uno de los obstáculos, sobre todo en los reptar, con buen sabor de boca, aunque la organización se debe poner las pilas o morirá de éxito, la situación rayaba lo razonable, hay muchas cosas a mejorar, espero que lo hagan.
Ya apuntado a la de los bomberos, si la eternal la hacía con el equipo Linkas, ésta de nuevo con CTC.
El verano ya está aquí con todo su despliegue, días ideales para pasar debajo de la sobrilla o con una caña bien fría en la mano.
Ayer "vendí" mi primer cuadro. Por decirlo de alguna manera, pues era para un buen amigo y el pago será en especies, pero satisfacción por el hecho de que mi pintura cuelgue de una pared y pueda ser vista por más personas.
A veces las cosas más pequeñas, son las que te hace estar más orgulloso. Una auténtica satisfacción, de verdad.
Y muchas cosas en la cabeza, el verano ha venido así, como de improviso y siempre la sensación de que las cosas pasan muy deprisa.
Presenté también un relato para el concurso de la Fnac de la Hoja en Blanco, a ver como va. Este verano, bañitos, dibujos y escritura, y como no, zancadas, como no puede, ni debe, ser de otra manera.
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