viernes, 29 de mayo de 2020

Pedaladas V 2020


Mayo agoniza entre estas líneas. El mes de las flores, se va entre mascarillas higiénicas, guantes y geles hidroalcohólicos, en fase 2, camino de la desescalada. Deja paso a un mes de junio que nos llevará a encuentros en la tercera fase, nunca un título de película más predictivo que éste, profético.
¿Será un verano sin playas, sin vacaciones?
Se nos está pasando el 2.020 entre acojonados y asombrados, todo va muy rápido y a la vez muy lento, parece que vivamos en una escena de Matrix.
Los cumpleaños no celebrados aguardan su momento, tengo regalos cogiendo polvo en el cajón.  Las comidas familiares esperan también su momento, ya renuncié a la operación bikini mientras me comía la sexta uva de este pasado fin de año.
Los periodistas anuncian, que tras el confinamiento la gente cambiará sus viviendas de 70 metros cuadrados sin terraza, por casoplones en las afueras con jardín y piscina. No sabía que nos iba a tocar a todos la lotería en la fase tercera o que simplemente, es otra de esas mentiras que a base de repetirlas tanto te las acabas creyendo. 
La gente ya no saldrá, se relacionaran de otra manera, lanza también algún gurú a los medios de comunicación. Pero mira por donde, abren las terrazas y la gente se sigue divirtiendo de la misma manera, cervezas, conversaciones, cercanía. Desoyendo los protocolos gubernamentales que nos anuncian que la vida es efímera y frágil y más con ellos al frente. Pero a donde vais insensatos, espetan a las cuadrillas de adolescentes que agrupados, celebran esa primavera que se va y sólo han visto desde sus ventanas. Perder un verano o una primavera con cincuenta años no es plato de gusto, pero hacerlo con dieciséis o dieciocho años es un auténtico drama, una plaga bíblica. Es mucho pedir que estos jóvenes renuncien a la vida, aún con la amenaza de perderla, además desconocemos tanto a este virus, que no está demostrado que ésto sea así (Simón dixit). 
Con esa edad, la muerte es un concepto lejano y abstracto que sólo le pasa a los abuelos y claro, quedan muchos años hasta que ellos peinen canas.
La soberbia de la juventud, de la vida, corriendo a borbotones por esos cuerpos llenos de hormonas y sueños. 
En los peores momentos, los pueblos muestran su verdadera cara, su altura de miras... Ay señor, de nuevo contemplamos las escenas cainitas de las dos Españas que no se toleran, que no se soportan. Sobre el recuerdo de 28.000 muertes siguen los políticos disputándose los despojos de sus verdades, sin importarles si lo hacen sobre los cadáveres todavía calientes o sobre los llantos de los familiares. 
Dudo si nos merecemos o no un gobierno que nos mienta y ni tan siquiera sé, a que gobierno me refiero , si a éste , a los anteriores o a los que vendrán. ¿Alguno hay que no lo haga?¿Se entiende la política sin la mentira y la manipulación?¿Qué hemos hecho para merecer esto los españoles?¿Es una maldición desde el descubrimiento de América?En fin, sea lo que fuere, que no nos pase nada. Ya sabéis quién pagará los platos rotos al final de la fiesta.

martes, 26 de mayo de 2020

Un recuerdo de San Juan de Luz

Tenía por ahí, unos dibujos de mi último viaje a San Juan de Luz hoy les he dado algo de color con acuarelas.
Este ha sido el resultado.







miércoles, 20 de mayo de 2020

Un poema de Jesús Cotta



Recientemente, he adquirido el poemario: "Menos la luna y yo", de Jesús Cotta.
Jesús Cotta mantiene un blog desde hace mucho tiempo, podéis encontrar un enlace al mismo por aquí. Tengo ya de él varios libros, como "las vírgenes prudentes" o algún libro más de poesía. 
Leer su blog es siempre un buen ejercicio, las entradas destilan humanidad y esperanza. Este libro de poesía es una auténtica delicia, también lleno de sentimiento y humanidad.
Siempre es un placer leerle. 
Quería compartir con vosotros un poema del mismo. He elegido el soneto del que, entiendo, toma su nombre el libro.

MENOS LA LUNA Y YO

Me llamó anoche el chopo al agua fría
que el monte derramaba por mi espalda.
Brotaron hojas frescas en su falda
y el agua hizo de mi lo que quería.

Menos la luna y yo todos dormían.
La brisa cimbreaba la cañada.
Por mis piernas trepó la madrugada
y en mi pecho quemaba el mediodía.

Todo me conocía por mi nombre.
La muerte estaba viva. Y al arrullo
de las ranas fluía la cascada.

El agua era más agua y yo más hombre.
La noche era más mía y yo más suyo.
Y el cielo me cabía en la mirada.



lunes, 11 de mayo de 2020

Mis lecturas del principio de 2020.

Mis lecturas de primeros del 2020. Podría titularlo también lecturas en un confinamiento. Pero la verdad, si soy sincero, al contrario de lo que podría parecer, no he leído más por este motivo, lo único ,que me he atrevido a empezar el de Posteguillo de más de 800 páginas, que igual hubiera seguido postergando por voluminoso. Sólo éste libro de las últimas cuitas de Escipión, ha sido el de lectura durante esta crisis sanitaria. Los otros fueron leídos cuando todavía no podíamos imaginarnos que nos sucedería ésto a nosotros. Traigo aquí mis lecturas de esta temporada.



Comencé a leer este libro en los últimos días de diciembre y lo terminé bien avanzado enero. "Anatomía de un instante", de Javier Cercas. El mismo de "soldados de Salamina" y "el impostor". Ambos me gustaron, así que lo lógico era encarar éste, siendo además que el tema del que habla me interesaba mucho. En teoría este libro no es una ficción, es más bien un ensayo, pero yo diría que es más bien una especie de libro de opinión, esboza algunas certidumbres, da muchas opiniones y crea una realidad que no acaba de arrojar mucha luz sobre el golpe de estado del 23 F. Me ha gustado porque muestra realidades de algunos de los principales protagonistas y aporta información a todo lo que ya había leído sobre el tema. 


Al final, dentro de ese ejercicio de opinión concluye con un comparativo con su padre y por extensión de una España que vivió una realidades políticas bien distintas: "Ni yo era mejor que él, ni lo sería ya". Bueno, para incondicionales de Cercas y el que quiera aclaraciones sobre qué paso el 23 F, no las encontrará por aquí. Demasiada opinión para mi gusto.


"Trilogía de la guerra" de Agustín Fernández Mallo. Un autor curioso, para una narración aún más curiosa. Muchas historias entrelazadas, mezcla de muchas cosas, hilos que sigues y al final te los  va encontrando a lo largo de las diferentes narraciones. Varios escenarios que nos cuentan distintas historias que vienen van a lo largo de todo el libro. Una lectura muy trabada, caleidoscópica. Un trabajo muy contemporáneo con una narrativa poética, una rareza. Dividido en tres partes: Libro 1º. Isla de San Simón (Combustibles fósiles). Libro 2º. Estados Unidos de América ( Mickey Mouse ha crecido y ahora es una vaca). Libro 3º. Normandía (Los amos de la noche). Curiosa, novedosa, una rayada interesante. Para iniciados. "La historia nunca es un relato lineal, sino complejo y en red".



"Al mal tiempo, mejor cara", de Barbara Constantine. Una novela optimista, muy fácil de leer, que trata principalmente sobre la solidaridad entre generaciones. Una granja une diferentes personas muy distintas entre sí y con realidades dispares, pero que se acaban necesitando y ayudándose unas a otros. Una arcadia feliz, un canto de optimismo y a la vida. Entretenido y da muy buen rollo. 


Y aquí viene, sin duda la joya de la corona de las lecturas de esta entrada. Un libro de más de 800 páginas, que me echaba para atrás. No podía ser una lectura de playa. ni de piscina, por temas claros de logística, mover un tocho de ese tipo no es cómodo y en casa pues iba eligiendo lecturas más ligeras y que terminaran más rápidamente. Así que sólo ante la perspectiva de este confiadamente me animé a acometer la tercera parte de la trilogía del Africano, "La traición de Roma", de Santiago Posteguillo. La verdad, es que desde el primer momento, la pluma de Santiago me fue llevando entre estas páginas y cuando se terminaron me supieron a poco. Qué bien retrata la vida de la antigua Roma, te hace sentir allí, parece que él mismo haya pisado el foro abarrotado de ciudadanos romanos. Está muy bien escrito, he aprendido un motón de Escipión, de Aníbal y de Roma. Una novela que debería ser el paradigma de lo que es una buena novela histórica. La tensión narrativa se mantiene a lo largo de todo el libro, es una lectura, a pesar de la extensión muy ligera y muy interesante, que es lo que siempre le pido a un buen libro. Es el cierre de la trilogía del Africano, sin duda una obra maestra y sin duda. ésta es la mejor de las tres.


viernes, 8 de mayo de 2020

¿Quién me ha robado el mes de abril?




¡Qué jodido el Sabina! ¿Cómo podía saber lo que nos venia, hace ya tantos años, desde que sacó su disco del hombre del traje gris?
Pues sí, nos han robado el mes de abril. Nos lo han hurtado, sin más. Además ha sido un expolio colectivo, a todos. A algunos no sólo les han robado el mes de abril, si no su propia vida, la de un familiar o el medio de subsistencia.
Asomarnos a las cifras del desastre, nos produce perplejidad, vértigo y desamparo.
¿Quién nos lo robó?
¿Un maldito virus?¿Una conspiración de las economías emergentes, para hacerse con el control de los mercados occidentales?¿Unos laboratorios deseosos de nuevos productos y amenazas? ¿Unos gobernantes incompetentes que no supieron anticiparse, que sólo reaccionaron de manera dramática y ya tarde, después del tan cacareado 8 de marzo?¿Una clase política cainita, que hace leña del árbol caído y que todo se convierte en arma arrojadiza en función de las manos en que cae?¿El miedo?¿La certeza?¿La precaución? 
El hecho, la realidad, es que el mes de abril de 2020 se nos ha ido, confinados en casa, con el país sosteniendo la respiración, un stand-by generalizado, que ha dibujado una realidad completamente diferente a la que estábamos acostumbrados.
Iremos retomando, poco a poco, el pulso de nuestra existencia. Las bicicletas estáticas compradas en plena reclusión no llegarán nunca a las casas. Todos añoraremos nuestras terrazas y jardines inexistentes. Empezaremos a dejarnos ver por las calles, buscando un sol que extrañábamos.
Y todo, día a día, fase a fase, irá retomando a la rutina que teníamos antes de la irrupción del coronavirus. 
 Y la vida volverá a transcurrir en su extraordinaria normalidad. 
Y nos olvidaremos, incluso aunque la enfermedad vuelva a tener sus repuntes o sus amagos. Nos olvidaremos.
Y dentro de muchos años, cuando nos pregunten y el frágil barquito de nuestros recuerdos, se vaya abriendo paso lentamente y al final, atraque en el puerto de nuestra memoria, acertaremos a decir, entre otras cosas, que nos robaron el mes de abril.

Mis últimas lecturas del 2023 y primera del 2024

 Os traigo,  como ya es mi costumbre, mis últimas lecturas, las de finales del 2023 y estos dos primeros meses de  2024. Han sido bastantes ...