lunes, 26 de octubre de 2020

PEDALADAS XIX 2020

 

De nuevo, ayer, nuestro gran y  excelso líder, nos anunciaba, con emoción contenida, que la única manera de doblegar la curva de esta nueva ola, era la declaración de un nuevo estado de alarma. Estado, que debería de prolongarse, según sus mejores vaticinios, hasta el mes de mayo de 2.021.

¡Toma! Sin anestesia, ni paños calientes. Esto es lo que hay si te parece bien perfecto, si no, pues peor para ti. 

No quiero entrar a valorar si esta situación podría estar más controlada o no. Ni si los gestores, que dejan todo, a la responsabilidad individual de la población, de esta manera ni gestionan, ni resuelven, ni sirven. De si de nuevo, parecemos el patito feo de la camada, con los mayores índices de contagio y una mortalidad que sigue ahí. No entraré a valorar el comportamiento y la catadura moral de nuestra mierda de políticos (ups, vaya, ya de alguna manera me he retratado).

Pero no puedo evitar pensar, que si de normal, a la vida hay que echarle un par de huevos, hasta el mes de mayo, habrá que echarle cuarto y mitad de gónadas. Porque como nos de por pensar que nos roban unas navidades, o la vida social, o el visitar con alegría y despreocupación a padres, familiares y amigos; como nos de por pensar eso, podemos llegar a enfermar, pero no de la mierda del covid-19 o la gripe común, si no de tristeza. De una tristeza gris, húmeda y pegajosa, de la que no podamos desprendernos, en todo lo que dure el invierno, o el año.

En el baúl de los "posibles", quedan los viajes pendientes, las cenas con amigos, los baños de multitudes, los conciertos, el ambiente en las calles, las fiestas de los pueblos, la alegría de compartir. 

No queremos ser anacoretas, ni ermitaños, ni náufragos, por eso vivimos en sociedad, por que nos gusta la gente y estar con ella, con algunos, evidentemente, más que con otros. Pero leñe, nos gusta la gente, los motivos de alegría, las fiestas, las manifestaciones folclóricas, las procesiones, las cenas de navidad de todos los primos, los villancicos, el Corte Inglés hasta la bandera mientras, a contrarreloj, buscas los últimos regalos de reyes (ojo spoiler: los reyes no viene de oriente).

Me niego a enfermar de nostalgia, o de resignación, o de conformismo, o de derrotismo, o cualquier otro ismo que me condicione, que me coarte, que me ningunee, que me robe.

Porque es eso, no quiero que me roben lo que no quiera: tiempo, ilusiones, vivencias...

Quiero seguir haciendo cosas por primera vez. Quiero recalar en los oasis, reinventarme, seguir sorprendiéndome gratamente, disfrutando de la vida y de todas las cosas que nos ofrece. No podemos eliminar el verbo compartir, no debemos seguir poniendo barreras. Responsabilidad sí, pero no miedo. Responsabilidad sí, pero no egoísmo. Responsabilidad sí, pero no esclavitud. Responsabilidad sí, pero no desencanto.

Un buen luchador, dicen los que entienden, que empieza por ser un buen encajador. Así que encajaremos este nuevo directo, apretaremos los dientes, nos recompondremos y seguiremos con el juego de piernas y por supuesto, con el combate, éste no termina hasta que no tiremos la toalla.


martes, 6 de octubre de 2020

PEDRO SEVILLA

 ¿Quien no tiene a sus preferidos en una u otra disciplina?¿Hay gente que tiene a sus futbolistas preferidos?¿Actores, directores, escritores, músicos, pintores, poetas...?

Centrémonos en estos últimos, los poetas. Yo tengo los míos, no me remontaré a los clásicos como Machado, Lorca y demás, me iré a algo más contemporáneo, tampoco muy moderno como Marwan, Luis Ramiro, La  Benito o similares. Me quedo con Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Benjamín Prado o Pedro Sevilla. De éstos podría decir que son todos los que están, pero no están todos los que son, caso por ejemplo de Jesús Cota.

Y de éstos, elegiré a Pedro Sevilla. Recientemente he comprado su antología de poemas, la recopilación de toda su poesía en el libro "Para cuando volvamos".  Le llevaba leyendo ya hace tiempo, suyos han sido algunas composiciones que he traído por aquí, como Todo lo azul del mundo, o Nos guarde Dios España. 


He podido disfrutar de su poesía y es difícil seleccionar un sólo poema suyo para compartir por aquí, traería La física es mentira o Éramos violentos o Aquí mi padre, pero he decidido traeros éste, para compartirlo y disfrutar la poesía de este hombre que nos transmite tanto con sus versos.

El libro una joya, como también lo es este poema:


DESOLACIÓN



Estos días amargos -hablo en serio-
cuando el dolor asfixia y uno quiere morir
para no ver los dientes a la vida,
cuando ni la ironía es un arma certera
ni el vino trae olvidos,
yo pagaría oro, vendería mi alma,
por volverme otra vez
niño de calzón corto saliendo de la escuela
camino de los brazos de mi madre.



Pedro Sevilla



Mis últimas lecturas del 2023 y primera del 2024

 Os traigo,  como ya es mi costumbre, mis últimas lecturas, las de finales del 2023 y estos dos primeros meses de  2024. Han sido bastantes ...