¿Quien no tiene a sus preferidos en una u otra disciplina?¿Hay gente que tiene a sus futbolistas preferidos?¿Actores, directores, escritores, músicos, pintores, poetas...?
Centrémonos en estos últimos, los poetas. Yo tengo los míos, no me remontaré a los clásicos como Machado, Lorca y demás, me iré a algo más contemporáneo, tampoco muy moderno como Marwan, Luis Ramiro, La Benito o similares. Me quedo con Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Benjamín Prado o Pedro Sevilla. De éstos podría decir que son todos los que están, pero no están todos los que son, caso por ejemplo de Jesús Cota.
Y de éstos, elegiré a Pedro Sevilla. Recientemente he comprado su antología de poemas, la recopilación de toda su poesía en el libro "Para cuando volvamos". Le llevaba leyendo ya hace tiempo, suyos han sido algunas composiciones que he traído por aquí, como Todo lo azul del mundo, o Nos guarde Dios España.
He podido disfrutar de su poesía y es difícil seleccionar un sólo poema suyo para compartir por aquí, traería La física es mentira o Éramos violentos o Aquí mi padre, pero he decidido traeros éste, para compartirlo y disfrutar la poesía de este hombre que nos transmite tanto con sus versos.
El libro una joya, como también lo es este poema:
DESOLACIÓN
Estos días amargos -hablo en serio-
cuando el dolor asfixia y uno quiere morir
para no ver los dientes a la vida,
cuando ni la ironía es un arma certera
ni el vino trae olvidos,
yo pagaría oro, vendería mi alma,
por volverme otra vez
niño de calzón corto saliendo de la escuela
camino de los brazos de mi madre.
Pedro Sevilla
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