El 9 de noviembre se celebraba el 20 aniversario de la caída del muro de Berlín.
Aquel muro que representaba el llamado "telón de acero".
Yo me alegro, el final de comunismo, al menos de parte, a pesar de que algunos lumbreras y regímenes se niegan a entender, que viven una anacronía.
Que los muros caigan, siempre es una buena noticia.
Me acuerdo de niño, ver una presentación que decía que había que romper muros y construir puentes. ¡Abajo los muros!
La pena es que por un muro que cae, otros muchos se levantan. Algunos perfectamente visibles, como monumentos de vergüenza de nuestra ignomínia. Otros invisibles pero que nos aislan, nos separan y nos anulan. Muros que nos encierran en nuestra soledad.
¡Qué sigan cayendo muros!
Pero que sea más a menudo.
Y muchas veces hay que ver el muro propio y tratar de tirarlo antes de derribar el ajeno.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, lo importante es que caigan más de los que se van levantando.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ay los muros!
ResponderEliminarRazón tienes Capitán de que cuídado con los propios, antes de tirar los ajenos. Es algo bíblico.
Y Jose Miguel, efectivamente más importante es que caigan que se creen. Pero me temo, que de momento la tendencia es al contrario.