Subí al cielo buscando una estrella que te adornara la frente.
Me demoré buscando una escalera, que me permitiera alcanzarla.
Varias veces tuve que cambiar de escalera, porque no me llegaba.
Al fín conseguí auparme al firmamento y atrapé dos lindos luceros, que iluminarían nuestras vidas mientras duraran.
Tanto me debí de demorar, que cuando bajé ya no estabas tú.
¿Y ahora que hago yo con estos dos luceros?
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