sábado, 31 de diciembre de 2011

Las promesas se cumplen.

Es el último día de 2011, apenas quedan horas para cerrar este año y abrir el próximo.
El 2012, "da susto", pero le "echaremos huevos", o lo que sea menester, a veces el mayor cariño o el amor más grande se refleja en la renuncia, pero eso a veces sólo lo entiende el que lo entiende. No hay más.
Pero no he de apartarme del título de esta entrada y es el de cumplir las promesas.
Al principio de año, dije que prometía explicar el porqué de la foto del burro en "RETOLICAS".
El título de "Retólicas" tiene varias inspiraciones.
Ya sabéis que es una voz aragonesa, para la palabara retórica.
La retólica evoca a una voz poco versada en retoricas y palabrería, quizás poco culta, pero muy sabia, tremendamente sabia, que sabe distinguir perfectamente el grano de la paja y que muchas palabras, lejos de convercerle, le embotan y prefiere las realidades, por crudas que estas sean.
Ya sabéis aquello de: "¡Déjate maño de retólicas!".
Otra gran inspiración fue una entrevista que es su día le hicieron a Miguel Delibes.
Como se describía él mismo, aquel cazador que escribía.
En la entrevista lamentaba que la "sabiduría popular", se estaba perdiendo. Que a la vez que los mayores iban desapareciendo de los pueblos y aldeas de España, con ellos se perdía un conocimiento que no estaba en los libros.
Era gente que vivían al ritmo de la naturaleza, se acostaban cuando oscurecía y se levantaban cuando salía el sol. Conocían el tiempo que iba a hacer según como volaran los pájaros o como se comportaba el ganado. Cuando había que plantar qué y hasta cuando el macho debía de cubrir a la obeja para que diera machos o hembras.
Decía que los pueblos se quedaban sin canas y sin la sabiduría y conocimientos de los mayores.
Pastores, labradores, artesanos que tenían una gran sabiduría del entorno que les rodeaba e incluso de los comportamientos de sus semejantes, sin necesidad de tener una carrera universitaria, ni haber acudido nunca a una escuela de negocios.
Sabían como pesar el grano, como medir las lindes, como calcular el tiempo dependiendo de la sombra de los chopos, sabían, sabían y sabían.
Y daban consejos a los jóvenes de como hacer o comportarse, aunque estos ya se sabe, pensaban: ¿Qué sabrá el viejo?
Esta sabiduría popular es la que me inspiró al nombre de retólicas y esa foto, la del burro, me recordaba esa herramienta que acompañó en tantas ocasiones a estos sabios de los pueblos. Era en cierto modo una alegoría al pueblo, a lo rústico, a los caminos que se llamaban de herradura, a cuando España estaba más surcada por sendas que por autovías, aeropuertos y vías de alta velocidad, y porque a veces, muchas, ante lo que pasa, lo que ves y lo que sientes, me siento tan burro como el de la foto.
¡Feliz Año 2012!

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