jueves, 17 de marzo de 2011

Orgullo de padre.


Cada vez que me asomo al azul de tu mirada,

cada vez que me hablas de tus sueños y fantasías,

cada vez que miro como te aplicas con la caligrafía o las divisiones,

cada vez que te cascabelea una risa en la boca,

cada vez que te alegras por los demás,

cada vez que aciertas o te equivocas,

y veo como vas creciendo y empieza a esculpirse el hombre que serás.

Cada vez, todas y cada una de ellas,

recuerdo el día que naciste, lo que te pensaste salir y lo feliz que me sentí.

Me convertiste en lo mejor que soy: tu padre.

Dos años después, volví a sentir lo mismo, con mi otro lucero.

Y desde entonces hasta ahora, no pasa un día, ni uno sólo,

que no me que me sienta orgulloso de mis peques y dichoso de tenerlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PEDALADAS IV 2024

Hubo una época, en que para mí, era más importante el comienzo del curso, que el comienzo del año. Eso fue cambiando con las responsabilidad...