Decía el poeta: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar".
No volveremos nunca sobre nuestros pasos.
No se nos permite elegir la senda.
Ni tan siquiera tenemos permitido elegir el destino.
El camino que piensas que te llevará donde siempre has querido ir, de repente hace un extraño y te quedas perdido, desorientado y sin rumbo.
No es ese el momento de dejar de caminar.
No es ese el momento de dejar de caminar.
Con la mochila más o menos pesada, hay que sacar fuerzas de flaqueza y sabiendo que nunca volveremos a estar en el recodo que acabamos de abandonar, seguiremos hacia adelante, con la esperanza de retomar nuestro viaje.
Sólo pediremos que la fatiga no nos deje tirados en la cuneta y que a final, lleguemos donde lleguemos, tengamos la certeza de haber hecho nuestro camino. Que no dejemos demasiadas cosas en la cuneta y que si ayudamos a alguien a llevar su mochila, algo bueno habremos hecho.
Toda una filosofía de vida, sin duda.
ResponderEliminarAhora hay que seguirla, si no, no vale.
ResponderEliminarUn abrazo Capitán.