Norteño trasto
para recoger leche,
poético nombre.



Yo me alegro, el final de comunismo, al menos de parte, a pesar de que algunos lumbreras y regímenes se niegan a entender, que viven una anacronía.
Que los muros caigan, siempre es una buena noticia.
Me acuerdo de niño, ver una presentación que decía que había que romper muros y construir puentes. ¡Abajo los muros!
La pena es que por un muro que cae, otros muchos se levantan. Algunos perfectamente visibles, como monumentos de vergüenza de nuestra ignomínia. Otros invisibles pero que nos aislan, nos separan y nos anulan. Muros que nos encierran en nuestra soledad.
¡Qué sigan cayendo muros!
Pero que sea más a menudo.

"Sumisión" de Michel Houellebecq. L'enfant terrible de las letras francesas, nos muestra una distopía, o quizás una profecí...