martes, 27 de junio de 2023

PEDALADAS III 2023

 


Calentito, recién llegado está ya el verano. Y no hay mejor manera de empezarlo que con la boda de un primo, donde, como siempre, lo dimos todo. 

Los armarios ya con el cambio hecho, desempaquetados bañadores, chancletas y toallas. Deseando pisar la arena y olvidarnos de las obligaciones, abrigos y otras hierbas.

El día 23 de julio, de aquí a un mes, selecciones generales, a pesar de esas fechas tan a propósito, estaremos cumpliendo con nuestra obligación de ciudadanos, aportando nuestro granito de arena, para que vuelvan al agujero de donde salieron, los personajes que se han dedicado estos últimos años a enfrentarnos a todos, los ofendiditos perpetuos, la nueva casta. A ver si los perdemos de vista.

Acabando "El infinito en un junco" de Irene Vallejo y preparando una nueva remesa de lecturas de verano. El libro de Vallejo, muy interesante y denso, destila conocimiento por los cuatro costados. 

Apuntado a las 10K de bomberos y Caixa, a ver si retomo mi pasado runner.

Me pilla este periodo estival algo cansado, algo aturdido y algo desencantado, a pesar de que el pensamiento de que lo bueno está por llegar, anida en mi ánimo desde hace muchos años. Algo así como las nieves perpetuas del Kilimanjaro, que espero, no me abandonen nunca, a pesar de los pesares y de los cambiantes estados por los que pase. Esa sensación de que tu actitud puede hacerte sacar lo mejor de la vida en cada momento, no debe desaparecer nunca.

Leo sobre escritores, sobre escritura, literatura, narrativa y yo sigo sin ponerme manos a la obra, hoy en día, mejor decir teclas a la obra. Mis proyectos siguen durmiendo el sueño de los justos, como la biblioteca de Herculano que tan bien nos describe Irene.

Comienzo de verano, finales de etapa, 1º de carrera, 2º de infantil, 1º en Hoyo de Manzanares, otro año más de trabajo y siempre la vista puesta ya en el siguiente paso. Démonos unos meses de tregua, dejémonos mecer por la tranquilidad de los días de descanso, durmamos la siesta, leamos debajo de una sombrilla, chapoteemos nuestros pies sentados al borde de la piscina, del pantano, de la playa. Cambiemos de aires, de paisanos, de ritmo. Cojamos fuerzas, ánimos, para dar con firmeza nuestro próximo paso, ese que llegará cuando termine nuestro último (hasta la fecha), verano.

Como dice el último libro de Ray Loriga, que ya está en cola de lectura: Cualquier verano es un final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siguen mis últimas lecturas de febrero a octubre. II

  " Los alemanes ", de Sergio del Molino. Novela que se basa en la colonia alemana que se estableció en Zaragoza, tras ser expulsa...