martes, 31 de diciembre de 2019

Adiós al 2.019


Última entrada del año. Uno que no ha sido demasiado prolijo. Así que mantendremos como propósito de año nuevo escribir mas en los blogs, también es cierto que llevo escribiendo en ellos la friolera de diez años y eso ya tiene mérito.
No me atrevo a despedirme con grandes alharacas del 2.019, aun le tengo miedo, esos años terminados en 9... Esperare a que se vaya para lanzar las campañas al vuelo y celebrar su marcha. Seré prudente.
Aún así, decir que no ha sido un año malo, ni en lo personal, ni en lo profesional. Evidentemente todo es mejorable y en ello estamos, pero el balance es positivo. Todos crecen con salud, el trabajo va bien, con cambios interesantes en el futuro, un nuevo desempeño. He vuelto a darle caña al ingles y espero seguir así en el 2.020. Santi ya esta en los 18 años, con sus proyectos y metas, Javier acabando la Eso y Mario creciendo lleno de alegría y cariños. Mis padres están bien y hoy más cerca que antes.
He vuelto a montar poco en la moto y nada en la bici, ya lo se, un clásico entre los clásicos hacerlo más para el próximo.
Disfrute este año de ser miembro de una sociedad gastronómica que me ha granjeado muchas satisfacciones con amigos y familia, un lugar extraordinario para compartir con la gente que aprecias entorno a un buen plato y un buen vino, que más se puede pedir.
Estuve en una boda y lo disfrute mucho, para el que viene hay en el horizonte otras dos más en mayo y octubre.
Un reto a retomar, aparcado el cross-fit el volver a correr, con frecuencia e intensidad moderada y también nadar. Veremos.
En el limbo de las artes duermen mi libro de poesía y el de relatos, este año tendrá que ser un paso más hacia su consecución. Dos propósitos que si van a estar presentes, un dibujo al día, no comprar libros nuevos hasta haber leído doce de los que esperan su momento, como por ejemplo Rayuela, que me mira desde hace años desde la estantería con una mirada desafiante y desdeñosa a la vez.
Viajar es siempre un deseo acariciado con delicadeza, he viajado más por trabajo y compromisos que por placer, no se que me deparara este año, como decía aquel: al prensar saldrá el mosto.
Termino algo sublevado y a la vez sumiso, echando cosas de menos y otras de más, enfocado hacia adelante, con seguridad y también cierto recelo. Pero adelante, siempre adelante.
Un año más, aún no diremos aquello de o uno menos; y la vida sigue, cada uno a su manera, por su camino.
¡Plantar fuerte y Feliz año a todos!

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