martes, 31 de octubre de 2017

Mis lecturas de la vuelta al cole 2017

 
"Sputnik, mi amor". Haruki Murakami. Sputnik en ruso, significa satélite o compañero de viaje. Este libro cuenta la historia de dos jóvenes, más raritos ambos que un perro azul marino. Habla de la relación entre ellos y con otras personas. En concreto, de como un viaje cambia la realidad de uno de ellos y por extensión la de los dos. Una lectura curiosa, una escritura con guiños a los temas recurrentes de la literatura. 
 
 
"Tierra de campos". David Trueba. Este es otro libro del que tengo una estupenda dedicatoria de su autor.
 
Un libro muy fácil de leer, en la línea  de su estilo de escritura. Un cantante regresa al pueblo de su padre para enterrarlo en él. Un libro para perderse entre sus líneas, de las cuales se pueden extraer múltiples enseñanza y experiencias. Una lectura de poso  y a la vez de disfrute. Una novela que aunque gira alrededor de la muerte del padre del protagonista sobre todo habla de la vida. Más que recomendable, para disfrutar de su lectura.
 
 
"La lluvia amarilla". Julio Llamazares. Leí la cita de este libro en "La España vacía" de Sergio del Molino, así que me dije que en cuanto pudiera tenía que leerlo. Es una lectura breve, concisa, refleja perfectamente la soledad y la agonía de los pueblos abandonados del Pirineo. Como la historia de las personas se enreda y mimetiza en las calles de sus aldeas. Una escritura dura, inhóspita, que describe de una manera tremenda y a la vez magnífica, el terrible destino de muchos de nuestros paisajes y sus habitantes. 
 
"Matadero cinco". Recién regresado de visitar las Ardenas y los bosques, donde en diciembre de 1.944 el ejército americano sufrió un duro castigo con la contraofensiva alemana. Empapado de los sonidos, los colores, las condiciones en las que afrontaron esos días los pobres estadounidenses aquellas jornadas, me encuentro con que el autor del libro es precisamente uno de aquellos jóvenes que vagaban ateridos de miedo y de frío por aquellos bosques de cuento. Acabando prisionero de un curioso grupo de soldados alemanes, o muy niños o muy viejos: "todos los que servían para luchar, estaban muertos". Tras una breve estancia en un campo de concentración donde convivieron con un grupo de estirados ingleses, lo llevan a Dresde, en los últimos compases de la guerra, donde será confinado en el antiguo matadero de la ciudad, reutilizado como albergue y prisión simultáneamente. Será testigo del bombardeo de esta ciudad, sobrevivirá al fuego y a la destrucción, donde perdieron la vida más de 130.000 habitantes. Colabora en el posterior desescombro y recuperación de los cuerpos. De allí vuelve a su país natal, se casa con una rica heredera, se hace óptico y acaba dirigiendo un emporio. Sobrevive a un accidente de avión, planea, vuela, sobre la realidad, descubre una nueva dimensión y lanza al mundo su mensaje sobre el universo "tralfamadoriano", para gran disgusto de su hija. Un libro que en su día fue de culto. Una sorpresa, pues no lo conocía y fue la recomendación de un taller de literatura. Un gran descubrimiento. Un libro antibelicista, intención que deja bien clara su autor en el primer capitulo del mismo. Original, en su día entiendo que totalmente transgresor. Increíble, me ha encantado.
 

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