¿Lo notas?
¿El que?
Ese cosquilleo...
...
es la ilusión.
No hay distancia, ni falta tiempo, ni las tardes son cortas, ni los desplazamientos largos, ni los besos suficientes, ni el dinero poco..
Y de repente... no está, desaparece.
Te envuelve la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor, de que estamos en tiempo de descuento. Todo molesta y todo incomoda.
Una última cena echándonos en cara las cosas que no nos funcionan. Como otra última cena hay una traición, una traición a nuestro recuerdo y a nuestro futuro.
Levantarse deseando creer que todo fue un sueño...
Pero no, es real, lo nuestro es un arroyo seco, del que ya no podemos esperar nada más.
Miramos hacia atrás y lo recordamos lleno de agua, corriendo por su cauce.
Yerto y seco, lo contemplamos con incredulidad, por aquí pasaba agua y mucha.
Las heridas que llevaban tiempo cerradas se han vuelto a abrir, y de la brecha supura la desazón y el desencanto, bilis y amargura. Hurgar en las heridas nunca trajo nada bueno.
Sólo piensas huir de ese dolor, poner tierra de por medio, abandonar esa parte de tu recuerdo, para siempre.
"Y la palabra siempre desesperaba...".
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