Pues sí, una locura, una revolución, un sin Dios. Cajas todavía en una de las habitaciones, frío, aire, crisis, ajetreo. Las mudanzas son cataclismos que nos recuerdan la fragilidad de la especie humana, jajaja. Ya ni me acuerdo cuando dije que no volvería a cambiarme de casa.
El mundo sigue loco, cada día las noticias nos acercan a ese estadio de locura colectiva.
El verano dicen se presenta inestable. Normal, en las actuales circunstancias, el tiempo tampoco puede pretender ser estable.
Los días corren que se las pelan, entre aire y viento, entre lluvia y nubes, entre cajas y declaraciones de la renta, pero no se detienen, no nos esperarán.
Mariano y su política hacen aguas. No, no es que no hicieran falta algunas de las reformas que se han hecho, si no que las más importantes siguen sin acometerse, la reducción de la administración, de este sistema insostenible, de gastar más de la cuenta, las prebendas de los políticos, el trinque y el mamoneo, el no dar palo al agua, la falta de productividad y/o vergüenza de nuestras clases dirigentes, la falta de perspectivas, de empleo. Un desastre, PSOE y PP, al final pecan del mismo clientelismo y las mismas rémoras. Mariano nos debe una mayoría absoluta, de saber que no iba a hacer todo lo que debía hacer, nos la habríamos ahorrado.
Mientras, seguiremos inmersos en este zancocho, pues nadie está por la labor de sacarnos de él. Pero no dejaremos de abrazar a los nuestros, de reír con nuestros amigos, de hacer deporte, de emocionarnos, de tener proyectos y planes de futuro, de vivir, en una palabra.
Ellos sabrán hacia donde se dirigen, a toda máquina al desastre o la salvación, pero yo ya he decidido andar mi propio camino, y seguir a esos días, que no me esperan, que no esperan a nadie...
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