Tengo los ojos azules
de tanto mirar el mar
y un confín de lejanía
en mis pupilas de sal.
Y las espumas del agua
en su trémulo brillar
invaden mi corazón
como rosas de cristal.
Tengo los ojos azules
de tanto mirar el mar.
Por las esquinas del agua
mi pensamiento se va.
En el mar busqué naranjas
y palomas de coral,
y no hallé más que silencio
y un rumor de soledad.
Tengo los ojos azules
de mirar la inmensidad.
Con el mar se van mis sueños,
con el mar, el mar, el mar.
Juan Ramón Barat (del libro Poesía para niños de 4 a 120 años)
Dedicado a mis luceros, cuya luz siempre brilla para mí.
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