Estos dos conceptos pueden parecer similares, pueden sugerir lo mismo, alguno se atrevería a decir que son casi sinónimos.
Sin embargo, en Calatayud, en las charla que tuvimos con Jose Luis Corral, hablando de su libro "El Rey felón", Corral explicaba claramente que el que un pueblo consiga su independencia, no implica que gane su libertad.
España, con la llegada de este nefasto rey, es claro ejemplo de ésto. Los españoles consiguieron la independencia de los franceses. Algunos intelectuales e historiadores de hoy en día, afirman que hubiera sido más positivo que francia hubiera extendido las ideas de la ilustración en España y ésta hubiera tenido más libertad de la que tuvo con su independencia.
Fernando VII fue, sin duda, el peor rey que ha tenido nunca España. Acabó con la constitución de Cadiz, con las diferentes Juntas de gobierno, que mientras ellos bailaban en la corte francesa al son que tocaba Napoleón, resistieron a las tropas francesas y articularon la vida política de la ilustrada España.
Posteriormente Fernando VII, paradojicamente llamado "El deseado", reprimió duramente todos los movimientos constitucionalistas y liberales, fusilando a muchos de estos patriotas, que no solo tras conseguir su independencia, perdieron su libertad, sino incluso su vida.
Fue el causante y culpable de un siglo de guerras civiles e incluso el culpable de la Guerra Civil del 36, por mantener inamovible una estructura y sociedad feudal y medieval, "la sin razón", o como gritaban sus seguidores: "¡Vivan las cadenas!".
Esta situación, es extrapolable a situaciones actuales, y deben de hacernos reflexionar.
Es completamente aplicable a los nacionalimos excluyentes, está claro que en su búsqueda de la independencia, no tendrán escrúpulos de que su primera víctima sea la libertad, como tristemente se ha podido comprobar en múltiples situaciones.
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