No colgué el cartel de cerrado por vacaciones, pero no publiqué nada en agosto. Pasamos ya el ecuador de septiembre, cierre del verano por antonomasia y aquí volvemos ya a las rutinas de siempre.
Rutinas, que se definen como tales, aunque quizás no sean las mismas para algunos que las que venían siendo, pienso en mis hijos mayores, en mis padres, con obligaciones y circunstancias diferentes en similares fechas, años anteriores.
Nos fuimos al mar, el del este y el del norte, mares diferentes, de temperaturas diferentes, pero ambos una ventana al horizonte, a la tranquilidad, al sosiego, al futuro, porqué no.
Esa ventana no nos debe fallar, tiene que estar ahí, para que nos detengamos a mirarla cuando lo necesitemos. Para ampliar nuestro horizonte, para descargar el peso de los días, para descansar esa vista, cansada de enfocar los problemas más cercanos. Debemos de proyectarnos por encima de las olas. Intuir países lejanos con otras costumbre y otros códigos. Saber que nuestra realidad de aquí, al otro lado del azul no es conocida y no les importa nada, nos da cierta perspectiva. Aquello de no te tomes la vida demasiado en serio, al fin y al cabo nadie sale vivo de ella.
Leía esta pasada semana sobre Clint Eastwod, comentaba que el secreto de su largo éxito y de tener una vejez tan prolífica y activa, es que no ha dejado entrar al viejo.
La historia parte del 2017, cuando el cineasta compartió carrito de golf con el cantante y compositor de música country Toby Keith, en un torneo de caridad organizado por el propio Eastwood. Fueron tres días donde cantante y actor pudieron charlar de infinidad de cosas. En una de estas conversaciones, el verano cineasta le comentó que al lunes siguiente iba a cumplir 88 años. El cantante, como un mero comentario, le dijo si tenía pensado hacer algo especial. Clint Eastwood de forma natural le comentó que iba a empezar un nuevo proyecto cinematográfico (refiriéndose a "Mula"). Keith entre la admiración y la curiosidad le preguntó cuál era secreto para estar tan activo. Es cuando Clint le contesto con una frase sacada del mejor guión y algo que desde hace tiempo tiene muy presente en su vida personal: "Cuando me levanto todos los días no dejo entrar al viejo".
Os traigo por aquí, esta canción que formó parte de la banda sonora de "Mula": Don’t Let the Old Man In (No dejes entrar al viejo).
He encontrado el texto de lo que le explicaba el veterano actor:
"Cuando me levanto todos los días, no dejo entrar al viejo. Mi secreto es el mismo desde 1959: mantenerse ocupado. Nunca dejo que el viejo entre en casa. He tenido que sacarlo a rastras, porque el tipo ya estaba cómodamente instalado, dándome el coñazo a todas horas, sin dejarme espacio para otra cosa que no fuera la nostalgia.
Hay que mantenerse activo, vivo, feliz, fuerte, capaz Está en nosotros, en nuestra inteligencia, actitud y mentalidad. Somos jóvenes, con independencia de nuestro DNI. Hay que aprender a luchar por no dejar entrar al viejo.
Ese viejo que nos aguarda, apostado y cansado a la orilla del camino para desanimarnos.
No dejo entrar al espíritu viejo, al criticón, hostil, envidioso, a ese ser que escudriña en nuestro pasado para anudarnos de quejas y remotas angustias, o de traumas revividos y de olas de dolor.
Hay que darle la espalda al viejo murmurador, lleno de rabia y quejas, de falta de valor, que se niega a sí mismo que la vejez puede ser creativa, decidida, llena de luz y proyección".
Así que: ventanas al mar, profundidad de horizonte y no dejéis entrar al viejo.
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