La lectura es inherente a mi rutina. Forma parte de mi ser, de mi comportamiento y me sirve de consulta, de evasión, de reflexión, de catalizador, de planificador, de concreción, de exploración, de estimulación, de tantas y tantas cosas, que no sería lo que soy ahora mismo, si no fuera por la lectura. Concretamente, por mis lecturas.
Al leer, previamente elegimos, qué leemos y cuanto leemos. Esa elección nos forja, nos moldea, nos hace ser una cosa y no otra. La lectura es lúdica, seria, reflexiva, banal, profunda. Se mezcla con nuestro estado de ánimo, o nuestro momento vital. o con nuestras inquietudes y da un fruto u otro, o queda yerma en nuestro intelecto. Pero toda lectura imprime un carácter, hace una muesca o nos condiciona de alguna manera.
Éstas han sido las que me han marcado y acompañado en estos días primeros del año 2019:
"14" de Jean Echenoz Anthine. Una deslumbrante novela, que en menos de cien páginas y centrado en su protagonista, nos describe de manera clara y descarnada la realidad de la I Guerra Mundial y las consecuencias en los que vivieron su horror. Lectura concreta, sencilla, sintética y muy bien construida. Increíble que en tan pocas páginas sea capaz de transmitir tanto.
"Anatomía del valor", de Lord Moran. Publicado originalmente en 1945, fruto de las notas y de la experiencias del autor durante la I Guerra Mundial, en las trincheras de la campiña francesa. El autor, médico personal a la sazón de Winston Churchill. No es un libro redondo, es un compendio de pensamientos, anécdotas, notas, donde se va desgranando el comportamiento humano llevado al extremo en una zona de conflicto. Las fases del valor, la influencia de la imaginación, la reacción a diferentes situaciones, la cobardía, el egoísmo, el afán de supervivencia, o anteponer un ideal superior a la propia supervivencia. Fue un libro recomendado en muchas academias militares, pues describía crudamente la manera de enfrentarse al miedo de diferentes hombres, donde se buscaba un patrón de comportamiento o una explicación al estrés de combate o al comportamiento heroico. Una lectura interesante, nada ligera, pero desde luego muy recomendable para todos los apasionados de la historia militar y del comportamiento humano.
"Clases de literatura", de Julio Cortázar.
"Berkeley, California, otoño de 1980. En la cima de su carrera y después de años de negativas, Julio Cortázar acepta dar un curso universitario de dos meses en los Estados Unidos. Como cabía esperar, no se tratará de conferencias magistrales sino de una serie de charlas sobre literatura, y sobre todo acerca de su experiencia de escritor y la génesis de sus obras."
Pues eso, una transcripción de las clases que dio Julio Cortázar, donde habló de su obra, de política, de literatura, del cuento, del cine, de su obra, del compromiso de los autores con su entorno. Un texto muy interesante que nos acerca y nos da a conocer a Cortázar y sus impresiones sobre su propia creación.
"Lolita", de Vladimir Nabokov. Uno de los clásicos por antonomasia. Muchas veces por mi parte cogido para leerlo y abandonado a las primeras hojas. Una vez leído uno de los mejores comienzos de un libro de la literatura universal, a las pocas páginas lo aparcaba por el hartazgo de demasiados lugares comunes, muy reconocibles, con otras muchas cosas que había leído o visto en el cine y en la televisión. Ha sido una obra que se ha replicado tanto, bien la trama central como el entorno común de moteles y "road movies" americanas, que me costaba encontrarle frescura. Pero me he puesto y pasadas esas primeras páginas he ido encontrando la esencia de la novela, el oficio de Nabokov y la he acabado disfrutando, independientemente del espinoso tema y de las características morales de su protagonista. He reconocido la obra maestra y la he disfrutado.
"Los últimos. Voces de la Laponia española", de Paco Cerdá. Un libro que de nuevo pone el foco en los temas que ya hemos leído en "La España vacía" de Sergio del Molino y "La lluvia amarilla", de Julio Llamazares. Libro, éste último nombrado por cierto en esta obra. 2.500 kilómetros de viaje por l España despoblada: las montañas de Burgos y de La Rioja, las provincias enteras de Soria y Guadalajara, los extremos de las de Zaragoza y Segovia, la zona cero de Teruel, el epicentro de la despoblación ibérica junto con la serranía de Cuenca, las comarcas del interior de Castellón y Valencia. Donde nos muestran la huida de los pueblos a la ciudad y del interior a las costas. Cómo se está desvertebrando el territorio, la pérdida de la gente y por tanto la falta de servicios y como no hay servicios, se va la gente. La pescadilla que se muerde la cola, el círculo vicioso de la despoblación. El problema que tienen nuestros administradores y líderes encima de la mesa y que por desgracia, me temo que tiene muy mala, por no decir nula; solución. Me ha gustado mucho la referencia a Maderuelo, pueblo que conozco bien y que me ha gustado encontrar por estas líneas. En definitiva una lectura fantástica, un magnífico descubrimiento.
"Lolita", de Vladimir Nabokov. Uno de los clásicos por antonomasia. Muchas veces por mi parte cogido para leerlo y abandonado a las primeras hojas. Una vez leído uno de los mejores comienzos de un libro de la literatura universal, a las pocas páginas lo aparcaba por el hartazgo de demasiados lugares comunes, muy reconocibles, con otras muchas cosas que había leído o visto en el cine y en la televisión. Ha sido una obra que se ha replicado tanto, bien la trama central como el entorno común de moteles y "road movies" americanas, que me costaba encontrarle frescura. Pero me he puesto y pasadas esas primeras páginas he ido encontrando la esencia de la novela, el oficio de Nabokov y la he acabado disfrutando, independientemente del espinoso tema y de las características morales de su protagonista. He reconocido la obra maestra y la he disfrutado.
"Los últimos. Voces de la Laponia española", de Paco Cerdá. Un libro que de nuevo pone el foco en los temas que ya hemos leído en "La España vacía" de Sergio del Molino y "La lluvia amarilla", de Julio Llamazares. Libro, éste último nombrado por cierto en esta obra. 2.500 kilómetros de viaje por l España despoblada: las montañas de Burgos y de La Rioja, las provincias enteras de Soria y Guadalajara, los extremos de las de Zaragoza y Segovia, la zona cero de Teruel, el epicentro de la despoblación ibérica junto con la serranía de Cuenca, las comarcas del interior de Castellón y Valencia. Donde nos muestran la huida de los pueblos a la ciudad y del interior a las costas. Cómo se está desvertebrando el territorio, la pérdida de la gente y por tanto la falta de servicios y como no hay servicios, se va la gente. La pescadilla que se muerde la cola, el círculo vicioso de la despoblación. El problema que tienen nuestros administradores y líderes encima de la mesa y que por desgracia, me temo que tiene muy mala, por no decir nula; solución. Me ha gustado mucho la referencia a Maderuelo, pueblo que conozco bien y que me ha gustado encontrar por estas líneas. En definitiva una lectura fantástica, un magnífico descubrimiento.
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