Mi primera entrada de agosto, para hablar de mis lecturas de este último tramo del mes de julio. Ya casi a un pasito de mis vacaciones estivales; donde siempre es un objetivo la lectura.
El primer libro fue "Siempre nos quedará la Antártida", de Mario Ornat. La contraportada del libro, publicado por la editorial Anorak Ediciones, reza así: “en las habitaciones enmoquetadas de Siempre nos quedará la Antártida se bebe té pero también Guinness, suenan Wilco, Shane MacGowan y Damien Jurado e incluso vuelven a la vida los puños de Muangsurin y Perico. Este libro recoge una selección de los textos más personales que el periodista Mario Ornat destiló, cada noche, en su blog Somniloquios. Hay guiños al cine en blanco y negro, a Marilyn, al rugby, a Cortázar, a los sueños vividos y a los que vendrán, a las lecciones que solo te enseña el tiempo”.
Este libro lo adquirí en la Feria del libro de Teruel, tuve el placer de conocer a su autor, conocido periodista deportivo de la capital del Ebro y entusiasta hasta el fanatismo del rugby. El perfil me parecía interesante, así que me hice con su obra. Efectivamente es una recopilación de entradas de blog, bien escritas, intimistas, personales y con alguna que otra anécdota curiosa, como la de Miguel Pardeza. Tienes la sensación en algún momento, de asomarte por una ventanita a la intimidad y el patio trasero de su autor, a sus miedos, pensamientos, cuitas, retos y preocupaciones, claro, lo que viene siento el temario de un blog personal, lo que me ha producido cierta incomodidad, me sentía un poco intruso. Entretenido, sin más.
El siguiente libro ha sido "Principiantes" de Raymond Carver, uno de los grandes cuentistas del siglo XX. Alguno de sus "hagiógrafos" lo compara con Chéjov. Y lamentan profundamente su temprana muerte (a los cincuenta años), pues era una gran promesa de la letras estadounidenses. Desde luego bebe del mismo estilo del cuentista ruso.
Este libro de relatos, tiene su propia historia, pues "Principiantes", es la recopilación de trece relatos de Carver, que ya se publicaron en su día titulados: "De que hablamos cuando hablamos de amor" (la originalidad de Murakami en entredicho, ¡ay señor!), donde su editor, Gordon Lish, reescribió, o hizo reescribir a Carver los finales y recortó los relatos, con la máxima "menos es más" Esa publicación fue un auténtico éxito y Caver fue considerado el paradigma del "minimalismo" y "el realismo sucio". Alguno que ha leído ambos dice que se queda con el de Lish de largo.
Como yo no he leído la versión "minimalista", he disfrutado de "Principiantes", me ha encantado, he disfrutado del estilo narrativo de estos cuentos y he aprendido como escritor en ciernes. Ahora me queda más claro como trasladar el universo chejoviano a la actualidad. La segunda derivada, sería leerme el de Lish y hacerme mi propia composición de lugar.
Como curiosidad y debido a la pequeña inmersión para conocer a este "oregonés", descubrí un relato suyo sobre la muerte de Chejov, "tres rosas amarillas", que es realmente delicioso, lo podéis leer aquí.
Para finalizar, "Los soñadores", de Roberto Malo, amigo y de la casa. Un libro pequeñito con relatos de sueños y gente que sueña, la débil línea entre lo onírico y lo real. Algunos se los había oído contar directamente a él, con todo el saber hacer y el vibrante estilo de "cuenta cuentos", que le caracteriza. Lectura liviana e ideal para una tarde playera.
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