Mis lecturas de este mes de julio han sido bastante variadas.
Las traigo por aquí:
"Lo que a nadie de importa", de Sergio del Molino. Sergio tiene la habilidad de contar cosas, contándote eso que quiere y otras muchas cosas más. Desde el prisma de su mirada, en esta novela cuenta la vida de su abuelo, que desde el campo de batalla del Ebro, pasando por la planta de caballero del Corte Inglés construye una vida y una familia, en una España plomiza, gris, y de postguerra. Una vez jubilado compra una casa en un pueblo donde se va apagando, como esa España a la que pertenece y que tan ajena es a la vez a su nieto. Me ha parecido una novela entrañable y a la vez con pasajes inquietantes, la vida y la muerte de una manera descarnada. Realidades contrapuestas y vidas que nunca acabaron de sacudirse ese tono gris con que se tiñeron en la dictadura. Una gran lectura. Algunos dicen que es la antesala de su ensayo "La España vacía". En cualquier caso y para comprobar si es o no así, este libro lo tengo pendiente y espero poder leerlo en breve.
"La amante del general", de Javier Fernández. Novela que en su transcurso poco tiene que ver con el título que la encabeza, salvo a penas por una llamada (literaria, entiendo), que al parecer acaba siendo clave. Nos cuenta cómo se vivió en los diferentes centros de responsabilidad de Zaragoza el golpe de estado del 23 F. Me ha gustado mucho, entre otras cosas porque me ha asomado a una Zaragoza de los años 80 que no conocía. Me ha desvelado personajes reales, unos que conocía, incluso a algunos personalmente y otros de los que apenas tenia conocimiento. Ha descrito lugares que me resultan conocidos y familiares. EL hilo narrativo, quizás algo endeble, sostenido, eso sí, de forma maravillosa por las acontecimientos y personajes reales que aparecen a lo largo de la novela y de aquellos momentos cruciales para esa joven democracia, aquella noche tan larga, de la que apenas saben nada las generaciones más jóvenes. Me ha encantado encontrarme con el teniente coronel Grande, con ese carácter volcánico e ingenioso, encerrado en su pequeña estatura. He encontrado muchos lugares comunes, una historia muy próxima, contada por alguien privilegiado, pues vivió muy de cerca esos momentos, una mirada dotada de experiencia y conocimiento, criterio le llaman, tanto por su amplia y ecléctica formación, como por sus diferentes puestos de responsabilidad.
"Legionarios. El maño", de Pedro Ciria Amores. Novela histórica sobre la creación del Tercio de Extranjeros por Millán Astray y las primeras acciones de guerra de la Legión. Narrada desde los ojos de un joven legionario de la 1ª Bandera, comandada por Franco. Bien documentada y entretenida, fácil de leer, aunque a veces peca de excesiva moralina o de anticipar una visión del futuro que no tiene porque conocer el narrador de la acción.
"El mundo de la tarántula". de Pablo Carbonell. Pablo Carbonell es todo un personaje, y si a alguien le podía quedar alguna duda, con la lectura de este libro se le disipará completamente. Dice en su libro "las personas o tienen estudios o tienen morro...", el desde luego le echó morro a la vida y ahí está, de aquí para allá disfrutando de su polifacética carrera de artista, de showman, y de músico. El libro es muy, muy divertido. Y a la vez es cariñoso, entrañable y hasta valiente. En el pecho de Pablo late un corazón de artista y un corazón de buena persona. Alguna vez he oído que en la vida unos días eres rey y otros payaso, Pablo lo sabe bien, y creo que ha vivido con intensidad ambas realidades y todas las que hayan podido darse. Imprescindible para los que vivimos, aunque fuera de refilón la década de los años 80 y para todos los demás.
"El instante de peligro", de Miguel Ángel Hernández. Acudí a la presentación de este libro a la librería Cálamo. Lo presentaba Sergio del Molino y por ello me acerqué hasta allí. No había leído nada del autor. La presentación fue divertida y cercana, al finalizar hasta pudimos disfrutar de una cerveza fría. Así que compré el libro e intercambié algunas palabras con su escritor, me llamó la tención que firmara la dedicatoria con una preciosa estilográfica, me dijo que todo el libro lo había escrito con ella, "...de esa manera la escritura se convierte en algo realmente físico". La verdad es que me ha gustado, el libro gira alrededor de un proyecto artístico, en el que se pide al protagonista que escriba una historia sobre unas imágenes, que hay en unos antiguos rollos de celuloide de 16 mm. Intenta que esas imágenes le "digan" algo, le produzcan algo, son de un estilo cinematográfico muy vanguardista, entiende que son puro arte, que son algo creado, pero en su búsqueda encuentra una verdad detrás de esa creación. Me ha parecido una novela redonda, en la que todo encaja, con un lenguaje rayando la poesía, como muestras un botón: " Pensaba entonces que las sombras en el fondo no dejan nunca de caminar con nosotros. Se quedan ahí. Nos cobijan. Son ecos del tiempo."
Desde luego más que recomendable. Y desde luego he de leer algo más de Miguel Ángel Hernández.
Desde luego más que recomendable. Y desde luego he de leer algo más de Miguel Ángel Hernández.
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