El tiempo pasa volando. En un vuelo como diría aquel.
De un tiempo a esta parte y en los últimos años, mis abriles son muy viajeros. Parece que entonces el tiempo se ralentiza. Los días se aprovechan más. Parece, que es cuando realmente "vives", el resto es como un esperar a esos días.
¿Os ha pasado... (muletilla que aprendí la semana pasada en un monólogo en vivo de Goyo Jiménez, con la cual consigues que tus interlocutores empaticen contigo), que cuando vuelves a tu rutina, a tus horarios, tus obligaciones, tu trabajo, entonces los días pasar a velocidad de vértigo, a una velocidad mayor que la de la luz, que la del pensamiento, que el transmigador (sí, ya se, palabra made by me), de partículas? Y esa velocidad, ese "tempus fugit", asusta, bueno, no seamos tremendistas... despeina.
Hace nada que recibimos a abril y ya lo estamos despidiendo, esté sábado parte en la nave del tiempo y nos dejará atrás (qué bucólico y poético me ha quedado, como se nota que me estoy haciendo poeta, porque, por cierto, me ha quedado muy claro últimamente, que las cosas, los desempeños y la genialidad, no nace, se hace, y aquí estoy yo "making me by myselft on my own").
Uno de esos meses de abril, tan interesantes, primaverales y poéticos ellos. Sin embargo, mis últimos abriles pasan tan rápidos que apenas intimamos, apenas un:‒ ¿Hola que tal te va?‒ Bien gracias ¿y a ti? ‒ Fenomenal, nos vemos. Vamos una conversación de ascensor en toda regla. Como si nos encontráramos en el anden de un metro a punto de partir y yo entrara y él saliese.
Con lo que intimaba yo antes con los abriles, y más siendo que es uno de mis meses preferidos, el de mi cumpleaños. Alguno me ha salido un poco rana, pero por lo general han sido bastante majetes. Entre nosotros, me molan más los junio y julios, por eso de que son más calentitos, festivos y a veces, hasta vacacionales. Pero que quede entre nosotros, que luego abril se mosquea y empieza a hacer "la púa".
Ese mes de abril cantado por Sabina, por cierto, que de este último aprendí que mis trajes no deben ser nunca de color gris, y las corbatas y pajaritas con bien de colorido, así coqueto, resultón, cromático, por aquello de darle alegría a las cosas.
Bueno, habrá que ir terminando con estas líneas, habrá que despedirse. Con lo que cuesta a veces.
¡Adiós abril! Que te vaya bien, apenas te quedan cuatro días (literalmente), por aquí. Nos vemos, en este caso al de 2.017, Dios mediante. Dale recuerdos al abril del 70, y al del 80, 83, y al del 87, 88, 89... bueno a los abriles, espera, al del 2009 no, a ese que le den...
¡Adiós abril! Que te vaya bien, apenas te quedan cuatro días (literalmente), por aquí. Nos vemos, en este caso al de 2.017, Dios mediante. Dale recuerdos al abril del 70, y al del 80, 83, y al del 87, 88, 89... bueno a los abriles, espera, al del 2009 no, a ese que le den...
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