Hoy miles de escolares vuelven a las aulas, a los patios y en definitiva al arranque de un nuevo curso escolar.
El reencuentro con los compañeros, con los nuevos proferores, si los hubiera, los libros nuevos y ese agradable olor a tinta, papel y plástico, los estuches, las gomas, los lapiceros, las carteras nuevas, con o sin ruedas, de superhéroes o de motos o coches, o de cualquier otro ídolo o icono infantil.
Un año por delante y la ilusión y los nervios del reencuentro, a flor de piel.
Yo ya dejé el colegio hace muchos años, muchos más de los que me gustaría, y aún así, no deja esta fecha de producirme un ligero escalofrío por la espalda, cierta nostalgia y cierta melancolía.
Cuando no tenía cierres de ejercicio, ni que plantear objetivos para el próximo año, ni implantar tarifas nuevas de precios, para mí el inicio de curso era mucho más importante que el fin de año. El fin de año era una continuidad, mientras que el comienzo de curso era un antes y un después, un nuevo escalón, donde dejabas definitivamente el anterior, y así escalón escalón ibas escalando en tu formación y en tu vida.
Conservo grabada en la pituitaria, el olor a libros nuevos...a comienzo...para siempre.
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ResponderEliminarPues para mi el comienzo del curso era horroroso. Dejar la playa y los amigos de allá y volver con las desagradables monjas y los compañeros me causaba auténtico pavor, (entonces era muy introvertida y asustadiza, no como ahora).
ResponderEliminarNo echo de menos para nada la vuelta al cole :) estoy muuucho mejor ahora.
Pues me alegro de que se así, que ahora estás mucho mejor, pero a mi un puntito de nostalgia ya me da.
ResponderEliminarBueno, a mí no me da nostalgia porque lo vivo todos los comienzos de curso. Lo que sí me da es un puntito maquiavélico cuando veo toooda la gente que hace cola en la puerta de la Librería General para comprar los libros del nuevo curso y pienso "si supieran que yo soy uno de los que les hacen comprar esos libros... jejejeje".
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