Bucles temporales.
Castillos en el aire.
Series irreales.
Soñadores impenitentes.
"Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino."
Aún así Don Quijote azuzó a Rocinante y cargó contra los molinos.
Locura, genialidad, ensoñación...
Y Sancho aguantando...
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