lunes, 1 de septiembre de 2025

El verano es un estado de ánimo.


 De los creadores de: "La juventud es un estado de ánimo". Llega ahora: "El verano es un estado de ánimo".

¡Ojo cuidado! 

Aunque te adentres el los nebulosos días de otoño, o en los gélidos días de invierno, o bien ya te azote el cierzo de manera cruel y constante, si miras en el fondo de tu corazón, en un confortable rincón, encontraras un veranito.

Un pequeño lugar, repleto de hamacas debajo de una sombra de hojas de palmera, rodeado de arena suave y tibia y aguas turquesa. Niños haciendo castillos y jubilados leyendo el Marca a la sobra de una sombrilla del Decathlon. Donde siempre brilla y calienta el sol y no hace ni siquiera fala protector solar. No hay medusas, ni aglomeraciones en los chiringuitos de playa, ni gastroenteritis, ni cucarachas, ni clavadas inmisericordes  por cuatro fritos revenidos. No hay rozaduras de las chanclas ni de los bañadores. La ropa no huele a humedad y no hay ni levante ni días lluviosos.

No hay atascos para llegar a los centros de vacaciones, ni bañadores turbopaquet, ofendiendo tu vista y adentrándose en tus más terribles pesadillas. No hay aglomeraciones en los restaurantes, ni en la orilla de la playa, ni en los destinos trending topic.

No hay llamadas a horas intempestivas, ni sudor, ni moscas, ni avispas dando por el saco y disputándote tu sabrosa y goteante ralda de sandía. Ni bullicio y ruidos en la calle de aquellos que no respetan el descanso ajeno.

Sólo un estado de animo luminoso. Revestido de una ligera patina de nostalgia por los veranos pasados. Un calorcito en el corazón que nos llevaremos donde quiera que vayamos, por más tenebrosos y desapacibles que sean los días.

Mr. Wonderfull elevado a la máxima potencia. La  tontería hecha eslogan. El buenismo de las vidas regaladas.

Que sí, que si le das una vuelta y lo envuelves de buenas intenciones y psicología barata, le encuentras cierto sentido. 

Pero oye, el verano: el de verdad, con sus cosas buenas y malas. Éste que ya está en los estertores.

No está mal tener ese anclaje de que cuando caigan chuzos de punta, reales o figurados, acudamos a ese rinconcito exclusivo y busquemos nuestro pequeño veranito. Ese que construimos con recuerdos, sensaciones, olores y afectos y que realmente todos tenemos en algún lugar, más o menos desempolvado y más o menos ordenado de nuestro corazón.

Be summer my friend.

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El verano es un estado de ánimo.

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