Llevaba días queriendo publicar esta entrada. Las lecturas se me van acumulando y no las cuento por aquí, así que después de varias semanas, por no decir meses de procrastinar, las traigo por aquí, con la máxima de comparte lo que lees.
He sido prolijo en lecturas. Hoy escuchaba por al radio que se ha hecho una encuesta de los hábitos lectores de los españoles, sólo el 20 % leía más de 10 libros al año, la mayoría menos de 5. Salía una media de 4,5 libros por españolito, los que leen un montón, por los que no lo hacen nada, al final 4,5 por cabeza.
Y ya sin más dilación, ni circunloquios traigo por aquí mis lecturas. Todo hay que decirlo, mis días de confinamiento me ayudaron a darle brío a la lectura
"Malaherba" de Manuel Jabois. Tenía ganas de leer algo de este escritor, así que en la estación del ave aproveché para comprar un ejemplar de una edición de bolsillo y así pude descubrir a Rebe, Tambu, Elvis, su hermana Claudia y a su padre. Me encontré con un libro, que son los recuerdos de una infancia nada convencional en Pontevedra. Arranca el libro con una primera muerte del padre. Las líneas encierran una realidad complicada, tamizada por la mirada de un niño, al que le van pasando cosas terribles, pero que la capacidad de adaptación de los niños las normalizan. Lectura audaz y curiosa, la verdad me ha gustado a pesar de ese regustillo amargo de toda la novela.
"El francotirador", Chris Kyle , Jim Defelice y Scott Mcewen. Tenía el libro casi desde que vi la película, hace ya unos años, creo que desde el 2013 o así, se la había dejado a leer a mis hijos, pero yo la iba postergando y no me había puesto con ella. Me gustó tanto la peli, que no quería que me decepcionara. Por fin metí mano a las memorias del SEAL más letal de la historia. El libro se publica en el 2012, en 2013 Chris muere mientras ya estaba en proyecto la película, protagonizada por Bradley Cooper (que está sensacional) y dirigida por Clint Eastwood. Tuvieron que cambiar el guión.
Me ha gustado y complementa muy bien la versión cinematográfica, ya que añade más información, más detalles operativos y una visión más personal del protagonista. En este caso, tengo claro que no hay que elegir el libro o la peli, ambos se complementan a la perfección. Si habéis visto la peli, no dejéis de ver el libro, si no la habéis visto, a qué estáis esperando.
"El chico que soñaba con ser Gianni Bugno", de Guillermo Ortiz. Un libro de ciclismo, sazonado con bien de cultura Pop e impregnado del recuerdo de los años 80 y 90. Un viaje al ciclismo de los años 90, a la música y las costumbres de aquellos años. Un recorrido autobiográfico. Lo que más me ha gustado: cuando no hablaba de ciclismo, pero aún así, y a pesar de a veces ésto, que es de lo que realmente va el libro (se me atragantaba un poco), me ha ayudado a entender la pasión por esas conexiones que a mi me ayudaban a conciliar la siesta. Una lectura, cuando menos, curiosa.
"El manuscrito de piedra", de Luiz García Jambrina. Libro que también dormía el sueño de los justos en los anaqueles de mi casa. Comprado por motivos obvios, un Jambrina escritor, no podíamos pasarlo or alto, Lo leyeron antes que yo mi madre, mi padre, mi hermano, sólo faltaba yo y me resistía. Al final me obligué a hacerlo. De esta manera descubro una Salamanca universitaria de finales del siglo XV recién expulsados los judios. Un joven "bartolomico" Fernando de Rojas (sí, ese, el autor de la Celestina), investigará el asesinato de un catedrático de Teología y descubrirá una Salamanca oculta y desconocida. Entretenida, sin más pretensiones, hay un segundo libro, continuando las aventuras de este Rojas, pero para más adelante.
"La vida es un cuadro de Hooper", de Calos Langa. Pablo, un joven treintañero, sin oficio ni beneficio, busca en Madrid una forma de ganarse la vida, según dice: "A veces pesaba que había ido a esta ciudad, para tener un bonito marco en el que fracasar". Maneja el autor un "realismo mágico", desde el relato cotidiano de las estrecheces económicas, los sueños nunca cumplidos, la relación con el padre, los amores desconocidos y los compañeros de piso, al fantasma delirante de un Pío Baroja que recrimina a Pablo su simplona existencia. Arrastra el libro en todo momento un tono triste e irónico. "Como los personajes de Hopper, muchos estamos rotos, pero seguimos funcionando". Sin duda, un agradable descubrimiento.
"Invisible" de Eloy Moreno. Me lo prestó y recomendó mi madre. Me costó entrar en harina, empieza muy telegráfico, inconexo, lo dejé reposar un par de días y lo retomé. A medida que avanzas, la historia va cogiendo velocidad y llega un momento que ya no la puedes soltar, cuesta abajo y sin frenos. Eres suyo, te lleva, te trae, te agita. Una novela de querer ser invisible, de miedo, de aislamiento, de lo que pasa si nadie hace nada. Muy recomendable. De esas lecturas que cuando pop, ya no hay stop.
"El mar de Corcira", de Lorenzo Silva. Una nueva novela de nuestro guardia civil favorito Bevilacqua, pero sin su compañera Chamorro. El autor ha llevado la tensión sexual entre ambos a tales límites, que como no resuelve, se ha visto en la necesidad de apartar a nuestra querida Virginia, de los casos de Ruben En alguna entrega anterior con una misión en Afganistan y en este caso con un disparo de un calibre 300 Wing Magnum en el hombro de ella, que la deja fuera de juego y al teléfono prácticamente toda la novela. En este caso Vila, tiene que ir a Formentera a investigar la muerte de un antiguo etarra, con lo que volverá a recordar cuando él mismo trabajaba en información en los años de plomo. Referencias de Walther Benjamin y a Tucidides y la guerra del Peloponeos. En cualquier caso, una gran lectura.
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