Ya hace semanas que es Navidad en el Corte Inglés. En mi casa todavía no, este año se me antoja muy precipitada, muy rápida, hasta algo inesperada. ¡Pero si hace dos días que estaba en la playa!
Si apenas ha hecho frío, ¿será eso del cambio climático?
Hoy me he tomado unos vermuts en un clásico de Zaragoza y allí estaba Enrique Bunbury, en sus palabras, recién aterrizado de Madrid. Le he visto mayor, quizás no me doy cuenta que los años pasan para todo el mundo, incluso para los héroes de leyenda y mucho más para los del silencio.
El pasado miércoles, me revelaron que Sparrow significaba "gorrión". ¡Qué capitán pirata puede apellidarse "gorrión"!!. Acaban de quitarle todo el glamour a Jack Sparrow.
Por cierto entrada triunfal la de hace unas semanas, la de una pareja de novios al ritmo de esta canción, esto sí es cañero.
Esta mañana almuerzo con un amigo y recuerdo de AHA y del "Take me on".
Está clarísimo que los ochenta están de vuelta.
Hace unos días volvía a ver Top Gun y volvió a entrarme un escalofrío por la espalda, cuando aún soñaba en imitar las proezas y aventuras de Maverick.
Las elecciones dibujan una España que no acaba de salir del viejo sistema, pactos por doquier, ¿Serán para bien o para mal? Una clase política que está a años luz de dar el nivel mínimo exigible. Ignorantes en su mayoría, con un poder que les otorga una prepotencia infumable y que se olvidan que está allí para servir al pueblo, no para servirse de éste. ¿Serán capaces de entender el mensaje?
Y con todo esto, y alguna cosa más, me aproximo, paso a paso a los últimos días de este último mes del año. La arena resbala por el reloj de arena, como explica David Trueba en su novela "Blitz", quizás esa sea la manera gráfica de ese paso del tiempo, tiempo que pasa como un relámpago por nuestra existencia.
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