
Este pasado martes volví a correr. Hacía casi dos meses, por una pequeña lesión que no lo hacía.
Me encantó... de nuevo.
Correr me hace sentir bien, no se si son las endomorfinas, las toxinas expulsadas, o simplemente sentir el aire fresco entrar en los pulmones, pero me hace sentir bien.
Cuando corres, fuera de competición, es un encuentro contigo mismo, con tus pensamientos, con tus límites, con tus retos.
A tu ritmo, tu marcas la intensidad, la ruta, el tiempo.
El cuerpo responde a las necesidades marcadas desde el cerebro, el corazón bombea con fuerza, te sientes vivo.
¿He dicho que me gusta correr?
Además, hacer algo sin la intención de llegar a ninguna parte, ¿no es acaso un lujo?
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