Hay veces que cuando alguien especial muere, algo de luz se muere con ella.
Hay veces que cuando alguien sobrevive, la vida se desvela más injusta que nunca.
Hay veces que la mera existencia duele.
Por el contrario, hay veces que el gozo de estar vivos supera todo lo demás y así, terminamos semanas y enlazamos con otras. Vemos morir a Vicente Ferrer, pero la humanidad hereda su obra. Los malvados se salen con la suya, pero seguimos fuertes en nuestras posiciones y la existencia se torna gozosa, cuando acariciamos a nuestros hijos y comenzamos un nuevo verano con ellos.
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