¡Qué duro volver del siglo XIII!
Volver de un lugar lleno de damas, caballeros, juglares, con comida y bebida por doquier. A otro donde existe una crisis galopante, una desfachatez increible de los que no nos gobiernan, pero cobran por hacerlo.
Sindicatos que protestan sólo por vergüenza, después de haber tragado lo intragable, y sólo de cara a la galería.
Los concursales de las empresas de todos los sectores.
La falta de rumbo claro.
La perspectiva de que todo puede ir a peor.
Niño Becerra apocalíptico.
En fin, que qué bien estaba yo en el XIII... de Boda.
Y que lo digas... Que había allí una moza rubia con rizos que me ponía a mí palote, palote...
ResponderEliminar¡Aynsss, qué pena, de verdá!
¿No sería la princesa qu suspiraba por los huesos de Cornell?
ResponderEliminarEsa misma. Pero sin los rizos, pierde mucho... Yo es que idealizo mucho a las mujeres, ya sabes lo que me pasó estas navidades...
ResponderEliminarJajaja, y que lo digas.
ResponderEliminar