Han pasado bastantes días desde mis últimas pedaladas.
Desde esa última entrada, han pasado muchas cosas, ha muerto mucha gente, ha caído mucha agua.
Ésta la empecé también hace unos días, cuando volví de estar una semana en Valencia, echando una mano en lo que podía. Os aseguro que el talante con el que empecé a escribir a mi vuelta era bronco, descarnado, por lo que habían pasado, por lo que estaban pasado y por lo que les queda por pasar. Yo también buscaba culpables, lanzaba improperios y sentía el abandono que habían sufrido los tres primeros días todos los afectados. Me removía hasta la bilis, el ver a donde llega la ambición, la egolatría de algunos seres humanos, llamados políticos, que son capaces de orquestar una campaña política, sobre cadáveres enterrados en el barro. Cómo ha sido alguien capaz, teniendo capacidad, de dejar a miles de personas a su suerte, desvalidos, no son magia, son tus impuestos, pues ahora vas tú y se lo explicas.
De esta manera explicaba Santiago Posteguillo la experiencia vivida. ¡Hay que ser muy miserable....!
Espero que este testimonio y otros muchos nos recuerden la deuda que han adquirido hoy los políticos con el pueblo, éste no lo olvidará nunca. En la antigua Roma los políticos se apuñalaban entre ellos, hoy apuñalan al pueblo. Lo esquilman, lo embrutecen, lo adormecen, lo anulan, lo esclavizan. Sobre el esfuerzo, el trabajo y el sufrimiento del pueblo construyen sus tronos de marfil, esos sepulcros blanqueados, que muestran una faz y una sonrisa y por dentro están podridos de ambición y de avaricia.
Malditos seáis mil veces, servidores públicos, yo diría mas bien sabandijas públicas, garrapatas carroñeros, chupa sangres. No es magia, son tus impuestos, nos dicen, mientras se tronchan tras sus sueldo vitalicios, sus dietas desmesuradas. sus dignidades del puesto. Mentirosos, mezquinos, incapaces, mal nacidos, ponzoñosos, y al frente de todos ellos el ingrediente de todas las salsas, Calígula Sánchez
Algún emperador componía poemas, contemplando una Roma bajo las llamas, que él mismo había provocado. Hoy algunos chapotean sobre el barro, buscando revanchas electorales, ventajas demoscópicas, giros de guion, votos cautivos. Cuando hijo de p...
He dicho que no usaría un tono plañidero, ni me alargaría en improperios, así que quiero darle otro tono.
Hoy se cumplía exactamente un mes, desde que la riada provocada por la Dana, truncara tantos planes, tantos sueños, tantas rutinas. Y hoy muchos niños volvían por primera vez a sus colegios, a sus aulas, a saludar a sus amigos. Algunos decían que harían como si nada hubiera pasado, y volverán ufanos y alegres, a corretear con sus compañeros por los patios ya limpios de lodo.
La máquina del fango, decía el "fanguero" mayor del reino. Quieres fango, te vas a hartar.