sábado, 3 de marzo de 2018

La buena salud.



La buena salud
  
En alguna parada, un enjambre de muchachos invadió el ómnibus.

Venían cargados de libros y cuadernos y chirimbolos varios; y no paraban de

hablar ni de reír. Hablaban todos a la vez a los gritos, empujándose,

zarandeándose, y se reían de todo y de nada.

Un señor increpó a Andrés Bralich, que era uno de los más estrepitosos:

—¿Qué te pasa, nene? ¿Tenés la enfermedad de la risa?

A simple vista se podía comprobar que todos los pasajeros de aquel ómnibus

habían sido, ya, sometidos a tratamiento, y estaban completamente curados.
 


Eduardo Galeano

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