sábado, 31 de julio de 2010

Veranos interminables.


Aquellos veranos interminables, en los que los días de asueto se extendían como un enorme paramo delante de nosotros, aquellos, ya no existen.

Los veranos ya no son tan largos, ni tan interesantes, ni tan llenos de aventuras y juegos.

De ríos, campos de trigo, playas y arena.

Sólo una leve porción de los meses estivales, donde pretenderemos concentrar todas esas cosas pendientes.

Donde el tiempo ya es acabado, aún antes de empezar.


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