martes, 8 de marzo de 2011

Vidas ajenas.


Vivir vidas ajenas puede ser, mejor dicho, es divertido.

Realidades paralelas.

Ponerte en la piel de un legionario romano, o de un ricohombre de la Corona Aragonesa, o de un paracaidista de la 101, es, sin duda, un aliciente a nuestra descafeinada existencia, donde vamos de la oficina a casa y de casa a la oficina.

Pero estar viviendo una vida ajena, en realidad algo que no es real, un artificio, quizás es lo que resulta descafeinado, por decirlo de manera suave.

Vivir en la impostura, siendo un paracaidista, o un guerrero medieval del siglo XXI, quizás te distraiga de tu verdadera realidad. Y cuando llegue el final, no hayas sido tú, sino una imitación de aquello que fué y que en realidad, nunca llegaste a ser, al final no fuiste ni tan siquiera tú mismo.

Vivir vidas ajenas, ¿impostura o diversión?, he ahí la cuestión.

Si además tu realidad virtual solapa o condiciona la "cruda" realidad, ¿no es también una droga dañina que hay que abandonar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mis últimas lecturas del 2023 y primera del 2024

 Os traigo,  como ya es mi costumbre, mis últimas lecturas, las de finales del 2023 y estos dos primeros meses de  2024. Han sido bastantes ...