sábado, 22 de agosto de 2009

Las Vírgenes prudentes.


Lo acabé hace más de una semana, en los últimos estertores de mis vacaciones.
Ha sido una de las lecturas más gratificantes y sorprendentes de este verano.
Escrita con el estilo inconfundible de Jesús Cotta (y lo digo porque los que seguimos su blog, vemos el estilo inconfundible en cada página).
Destacar la capacidad de contar y transmitir sin escribirlo, me ha parecido extraordinaria.
Dos templos, uno dedicado a la lujuria y el otro a la oración, comparten muro medianil y destino, en los convulsos días del año 36.
Multitud de personajes, todos descritos con una profundidad que los hacen próximos y conocidos, una historia magnífica.
La recomiendo encarecidamente, además, los hechos se narran de una manera nada partidista, ni desenfocada, ni revisionista, lo que es de agradecer.

3 comentarios:

  1. Vaya, visitando tu blog, me encuentro esta gratísima sorpresa. Nada reconforta más a un escritor satisfecho con sus libros. Un apretón de manos al estilo de los centuriones.

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  2. Quería decir: nada reconforta más a un escritor que ver a un lector satisfecho con sus libros.

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  3. Jaja, el que el escritor esté satisfecho de sus libros, ya está bien.
    En este caso, te aseguro que tanto Maite como yo hemo difrutado leyendo el libro.
    Es magnífico de principio a fin. No nos tengas mucho tiempo sin otro libro del estilo.

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